Un buen sistema de control de acceso es fundamental para garantizar la seguridad y protección en cualquier entorno. Este tipo de sistema permite autorizar y restringir el acceso a áreas específicas, lo que resulta vital para proteger activos, datos confidenciales y, lo que es más importante, la seguridad de las personas.
Seguridad mejorada: Limita el acceso a áreas sensibles y restringe la entrada a personas no autorizadas, lo que reduce el riesgo de intrusiones, robos y otros incidentes delictivos.
Protección de datos: Controla quién tiene acceso a información confidencial y sistemas críticos, ayudando a prevenir fugas de datos y ciberataques.
Registro de actividad: Registra y monitorea las actividades de acceso, lo que proporciona una trazabilidad completa de quién accede a qué áreas y cuándo, facilitando la auditoría y la investigación de incidentes.
Flexibilidad y conveniencia: Permite la gestión remota y centralizada del acceso, así como la asignación de permisos según roles y horarios, lo que brinda flexibilidad y conveniencia para los usuarios autorizados.
¿Qué es el control de acceso?
La definición más generalizada de un sistema de control de acceso hace referencia al mecanismo que en función de la identificación ya autenticada permite acceder a datos o recursos. Básicamente encontramos sistemas de controles de acceso en múltiples formas y para diversas aplicaciones.
Por ejemplo, encontramos sistemas de controles de acceso por software cuando digitamos nuestra contraseña para abrir el correo, otro ejemplo es cuando debemos colocar nuestra huella en un lector para encender el PC.
Los casos anteriores, son ejemplos que permiten el acceso a datos. Sin embargo, nuestro enfoque en la seguridad, está relacionado al acceso de recursos, en nuestro caso, apertura de una puerta, un torniquete o una talanquera por ejemplo.
Claro está, que la definición que nos interesa debe estar dada en términos de seguridad.
Un sistema de control de acceso es un sistema electrónico que restringe o permite el acceso de un usuario a un área específica validando la identificación por medio de diferentes tipos de lectura (clave por teclado, tags de proximidad o biometría) y a su vez controlando el recurso (puerta, torniquete o talanquera) por medio de un dispositivo eléctrico como un electroimán, cantonera, pestillo o motor.
Tipos de control de acceso:
Básicamente los controles de acceso se clasifican en dos tipos:
- Sistemas de Control de Acceso Autónomos
- Sistemas de Control de Acceso en Red
Sistemas de control de acceso autónomos:
Son sistemas que permiten controlar una o más puertas, sin estar conectados a un PC o un sistema central, por lo tanto, no guardan registro de eventos.
Aunque esta es la principal limitante, algunos controles de acceso autónomos tampoco pueden limitar el acceso por horarios o por grupos de puertas, esto depende de la robustez de la marca. Es decir, los más sencillos solo usan el método de identificación (ya sea clave, proximidad o biometría) como una «llave» electrónica.
Sistemas de control de acceso en Red:
Son sistemas que se integran a través de un PC local o remoto, donde se hace uso de un software de control de acceso que permite llevar un registro de todas las operaciones realizadas sobre el sistema con fecha, horario, autorización, etc.
Van desde aplicaciones sencillas hasta sistemas muy complejos y sofisticados según se requiera.